Autora: Asunción Rivero Cuesta
Porfolio Fiestas de El Carmen 2024
José Luis Palacio Medio, nació el 9 de mayo de 1940 en Casa Casona, casería situada en el barrio de Fuejo, de unos 200 días de bueyes. Sus padres Benigno Palacio y Catalina Medio tuvieron 12 hijos, sobrevivieron 10 hijos, José Luis es el más pequeño.
Fue a la escuela de Don Paco, situada en el camino de Las Begonias, detrás de la Iglesia Parroquial. Cuando le preguntaban que quería ser de mayor decía “chorfer”. A los 14 años se fue a trabajar a la ciudad a una tienda de comestibles en la calle San Bernardo, luego al taller-garaje Autosalón en la calle Numa Guilhou, cerca del Carmen, donde guardaban, lavaban o arreglaban coches y motos, era engrasador y ahí tuvo su primer contacto con los vehículos, estuvo hasta los 19 años trabajando allí. Antes de acudir al trabajo ayudaba a los padres en la casería, cantando y cebando a los animales.

Un accidente de moto trastocó sus planes, estuvo hospitalizado, la recuperación fue larga y después no se incorporó al mercado laboral, sino que estuvo ayudando en casa, hasta que con 21 años se casó con Aida Buznego Morís de Quintes y se fueron a vivir a casa de la suegra. Al poco tiempo se incorporó al Servicio Militar en el Ferral y luego en el Cuartel del Simancas en Gijón. En este periodo de tiempo fue chofer de un capitán y un comandante del ejercito con un Jeep.

Al finalizar “la mili” se incorporó a la vida laboral como repartidor de tónica Schwepps en la empresa “La Casera”, de ahí a Volquetes Especiales que con los camiones llevaban el mineral de hierro desde el puerto El Musel hasta la fábrica de Moreda para la fabricación de vigas de hierro y acero, pasó a ser palista en trasportes Mejido y en 1967, con 27 años, comenzó a trabajar en TUNISA (Trasportes Unidos S.A) que en 1978 se convirtió en EMTUSA (Empresa Municipal de Trasportes Urbanos S.A) donde estuvo 36 años de conductor hasta su jubilación en 2003.
Cuando él empezó a conducir los autobuses por Gijón era complicado pues circulaban carros con burros que entorpecían mucho el tráfico rodado, sobre todo de la Plaza del Humedal al Llano. Estuvo en varias líneas del trasporte publico de la ciudad y una de ellas la línea 20, que llega hasta el barrio de La Pipa, en un principio desde El Humedal, luego desde El Polígono y actualmente desde Nuevo Roces.

Era una línea muy tranquila durante la semana, pero los fines de semana con la discoteca El Jardín, la situación se complicaba. Había que poner límite a la juventud para que subiera en orden, hicieran fila, no se colaran por la puerta trasera y no hubiera jaleos. El autobús bajaba muy lleno y a veces no se respetaban las paradas. Los que vivíamos cerca montábamos los últimos para poder bajar por la puerta delantera.
Hacía dos rutas alternativamente, dos viajes a Somió y uno a la Universidad Laboral, tiempo después hasta el Hospital de Cabueñes. En esta línea también había muchos usuarios los días de partido en El Molinón, pues los chavales internos en La Laboral bajaban al partido y tal era el lleno del autobús que debía circular muy despacio, con mucho cuidado en los badenes y curvas, una vez en El Molinón el resto del trayecto era más liviano.
Para impulsar la economía familiar, realizaba trabajos extra en otras empresas como chocolates La Herminia, en Autoescuela Tomás como monitor y en Autocares Onís que realizaba la ruta del Colegio Blancanieves sito en Somió.
Durante estos años vivían en Gijón, el matrimonio tuvo cuatro hijos, dos varones y dos mujeres y siete nietos.
En 1980 regresó a sus orígenes con la construcción de su actual vivienda en el Camino de La Ñora, muy cerca de la casería donde se crio.
Lo de conducir debe ser genético pues dos hijos y una nieta son conductores de EMTUSA.