II Día de la Ardilla
Persona activa
Don Juan Manuel Prudencio Amado Cifuentes, para todos nosotros “Peche”, cuenta en su árbol genealógico con muchas ramificaciones pues no en vano sus padres, los dos viudos, aportaron al matrimonio seis hijos de sus respectivos matrimonios, a saber: su padre Don Luís Amado Álvarez descendiente de los “Xoveros” de Llantones, tenia de su anterior matrimonio tres hijos: Luís, Asunción y Marcelino Amado Díaz; por parte de su madre Doña Dolores Cifuentes González conocida como “La Pondala” aportaba otros tres hijos: Asunción, Luís y Guillermina Díaz Cifuentes. Este peculiar matrimonio tuvo dos hijos más: Don Juan Manuel Prudencio “Peche” y Don Roberto Amado Cifuentes. De tan amplia ramificación, cuyas vivencias ha comenzado a recopilar, nuestro protagonista, en un cuaderno de apuntes que sabemos guarda celosamente, al día de la fecha tan solo vive él, varios sobrinos y una cuñada. Nace el 21/04/1932 siendo bautizado en la capilla del Obispo de Somió por estar construyéndose, en esa fecha, la iglesia parroquial. Su primera etapa escolar fue la escuela de Doña Encarna, como el resto de niños de su etapa infantil; (algunos de los cuales se encuentran hoy aquí), más tarde fue a las Dominicas, también en Somió. Hizo la primera comunión junto a su hermano menor, Roberto, en la misma ceremonia en la que contraían matrimonio su hermana Doña Asunción Amado Díaz con Don Valentín González Loché – de los Loché de Somió-. En la parroquia de Somió si preguntas por Don Juan Manuel Prudencio Amado Cifuentes no hay ninguna posibilidad que acierten con el personaje. Solo si la pregunta es ¿conoces a “Peche”? la respuesta puede ser afirmativa. Y ahora os preguntareis todos ¿de donde viene eso de “Peche”? Cuenta el protagonista que el deseo de su padre era llamarlo Prudencio; la dicción de este nombre resultaba un tanto difícil y los mas pequeños le decían “Pechecho” para terminar siendo “Peche”. Comienza su vida laboral – que siempre desarrolló en Somió – a una edad temprana ya que lo suyo no es estudiar “nunca me gustó” reconoce concluyente y abandona la carrera de Perito Industrial en la rama eléctrica. El apoderado de un prestigioso empresario, que aún vive, le dijo por aquel entonces “a mi me pasó lo mismo y triunfé”. “Nunca me arrepentí y volvería a hacer lo mismo repitiendo la misma profesión que tanto me gusta y disfruto con ella” así lo ha dicho hace pocos días nuestro querido “Peche”. El 06/09/1958 contrae matrimonio con Doña Amelia Balbín Busto en la iglesia de San José; viven en la Casa el Cuadrante en pleno corazón de Somió. Tienen dos hijos: Begoña y Juan Manuel Amado Balbín. Su nuera se llama Begoña Fierro. Y sus dos nietos son: Marina y Álvaro. Trascurre el tiempo en un periquete escuchando la interesante vida del personaje que sin perder su sonrisa nos adentra en todas sus múltiples y variadas experiencias; tiene un amplio conocimiento de los sucesos acontecidos en la parroquia siendo memoria viva de Somió. Siempre dispuesto a colaborar y transmitir sus conocimientos a quien esté preparado para escuchar; es muy sociable y popular. Todavía no terminamos. Falta por glosar los múltiples hobbys de nuestro polifacético convecino. La natación y los deportes náuticos son sus principales aficiones en los años mozos. Recorrió toda Asturias por dos motivos: primero como montañero “porque me gusta” dice satisfecho y segundo porque “mi trabajo durante años fue representante de <pastores de yendar>, así como linternas con patente <Gallo> que inventé yo”.
En sus ratos libres cultiva hortalizas, un poco de cada cosa, dice, llegando a tener 28 variedades. También se dedica a la reproducción de árboles por semilla y por esquejes. En su faceta artística destaca la diversidad de cuadros pintados al óleo; le gusta la fotografía que comenzó a practicar cuando tenia 12 años contando siempre con laboratorio propio y siendo su profesor el conocido “Guelmi”. Domina ocho variedades de manualidades que no vamos a desarrollar. Los relojes son su entretenimiento pero si son de sol entonces es un especialista.
Colecciona antigüedades: muebles, libros y cualquier objeto que haya pertenecido a la familia.Y todos los años por navidad desde que era pequeñín –siendo por aquel entonces ayudado por su hermana-, coloca en su casa un nacimiento siempre distinto -como los de antes, artesano – con musgo natural, un río con agua, la noche y el día, todo casero con artilugios por él realizados, las montañas nevadas, etc. etc. Algunos años se encargó, además, de instalar el Belén de la parroquia siendo ganador de varias distinciones. “Conozco todes les caleyes de Somió y reto a cualquier vecino en el empeño” dice orgulloso. Y una recomendación a todos los jubilados: pasear todos los días, tener una actividad manual (que él impartiría con mucho gusto si dispusiéramos de un local social como a Somió le corresponde) y ayudar discretamente a los demás. Ha sido socio fundador, junto a Susi y, Galé ya fallecido, de la cooperativa de aguas Alto Infanzón que abasteció a la parroquia desde el año 1969 y fundador de la entonces cabezas de familia “San Julián” hoy A.VV.
Es ayudante-asesor en las tareas parroquiales. En cuanto al futuro Somionense dice que será “una ciudad dormitorio muy densamente poblada”. Pide un deseo: moderación en la velocidad de los coches debido al peculiar urbanismo que tiene Somió cuya característica es única, ya que no hay caminos rectos, la mayoría son estrechos y muy escasas las aceras.
23 de septiembre de 2005