Playas de Somió

Por limitar la parroquia de Somió con el mar Cantábrico, es lógico suponer que en ella existan un cierto número de playas, acantilados y cabos cada uno con su encanto particular, así como excelentes vistas panorámicas sobre la ciudad de Gijón. Se caracteriza además Somió porque la zona interior, es decir, la zona apartada del mar, es totalmente llana y la costera montañosa, de ahí que existan escarpados acantilados de centenares de metros sobre el nivel del mar. Destacar el Cabo de San Lorenzo de Mar, el Cervigón y la punta de Serín siendo ésta la zona más saliente de esta parroquia. Cuentan los pescadores Somionenses que salían con lancha, que al lado de la playa de Serín existe una cala que no figura en ningún plano (posiblemente por lo pequeñita que es) a la que llamaban el figarón. Se debe este nombre porque para desembarcar tenían como referencia una casa con hórreo y muchas figares por la que se guiaban para llegar a tierra. 

Playa de El Rinconín.

Nada más pasar el puente de El Piles se encuentra el Tostaderu al abrigo de vientos adversos. Siguiendo el paseo está el saliente llamado Mayán de Tierra. Si damos la espalda al mar en este punto, la vista alcanza lugares representativos de Somió como La Florida, El Pericachu o El Rocamar. Continuando el paseo encontramos la Ría de los Vaones”, una playa con mucha aceptación popular pudiendo observar al otro lado del paseo la famosa jabonera (antigua fábrica de jabón). Por último y accediendo por la escalera nº 24, llegamos a la  playa de El Rinconín, formada por finísimas piedras en un remanso del paseo que termina en las inmediaciones del Camping de Gijón.

Playa de Peñarrubia.

La Playa de Peñarrubia es alargada, estrecha y rodeada de altos acantilados rocosos permitiendo su orientación que el sol al atardecer le dé un color rojizo de ahí el nombre de Peñarrubia. De arena dorada tiene fuerte oleaje la mayor parte del año permitiendo a los amantes del surf coger olas. Hace años, con la marea baja, era habitual ver a decenas de personas pescando andaricas, oricios, pulpos o llampares abundantes en otras épocas y restringida esta práctica en la actualidad. También algunas familias disfrutaban en el verano de la tranquilidad de esta playa rural hasta la llegada del nudismo en la década de los 80.  

Playas de Serín y La Cagonera.

Dejando atrás el cabo de San Lorenzo y la Isla de la Tortuga sobre el abrupto cantil de la costa, llegamos a la playa de Serín que tiene parte de pedrero y parte de arena siendo baja la afluencia de público probablemente a consecuencia de encontrarse en zona aislada. La pequeñita playa de La Cagonera es de fina arena quedando unida, en bajamar, a la playa de Serín y pasando desapercibida para la mayoría de las personas. Ambas playas mezclan el azul del mar cantábrico con el verde de las praderas siendo las más rurales de la Parroquia de Somió y accediendo a ellas por unas empinadas escaleras rodeadas de escarpados acantilados.

Playa de Estaño.

La playa de Estaño siempre ha gozado de la preferencia del vecindario de Somió. Muchos son los vecinos que han disfrutado de agradables jornadas de sol en sus arenas y muchos también han iniciado su aprendizaje en la natación en el llamado Pozu del Cura, una piscina natural labrada en roca. Si placentera fue esta actividad de los baños en Estaño para los Somioneses, no lo han sido menos aquellas otras que tenían motivo en la pesca deportiva. Nadie olvida el aporte de viandas familiares a compartir tras el baño en pandilla ¡qué tiempos! Las rutas para llegar hasta Estaño y volver caminando ya eran duras, aun así muchas personas usaban la bicicleta como medio de transporte. Hoy ya se dispone de carretera asfaltada y aparcamiento para coches. Más al este se encuentra la playa de La Ñora con su encanto peculiar que hace de limite a dos parroquias: Somió y  Quintueles.