H I S T O R I A
 

Tenemos constancia de los orígenes de las fiestas de El Carmen de Somió por el libro de actas de la Cofradía del Carmen donde dice “se viene celebrando el Carmen en esta parroquia desde el año 1786”.

La Iglesia Parroquial de San Julián obra de Juan Manuel del Busto González y abierta al culto desde el día de San José de 1933 está construida con clara influencia prerrománica de San Miguel de Lillo.

Los lugares donde se celebraron a lo largo de los años las fiestas del Carmen de Somió fueron rotando; antiguamente se hacían alrededor de la Iglesia Parroquial, siendo testimonio de ello un precioso cuadro del pintor Álvarez Sala donde proliferaban los gaiteros, tamborileros y en donde aparcaban carros con pipas de la una única bebida que había, la sidra. Esta bebida era costumbre servirla en “xarras” de barro, tradición recuperada hace años por la Asociación de Vecinos para nuestras fiestas del Carmen.

Después de tener varias ubicaciones (Somió Park, Carbayera de Candenal o La Formigosa) la romería del Carmen de Somió retornó en el año 2009 al primitivo lugar, a sus orígenes de alrededor de la Iglesia de San Julián; se ha recuperado por tanto una tradición festiva que ganó en convivencia vecinal con esta ubicación definitiva.

El cartel de les fiestes

El cartel anunciador de les fiestes patronales de Somió fue pintando libremente durante 10 años por Celsa Rodríguez. El motivo base, en el que se inspiró esta vecina de Somió, fue siempre un lugar emblemático de la parroquia, trasladado por la artista al lugar elegido para el cartel una pincelada de la romería asturiana que se celebra en Somió. De un colorido excepcional, el cartel festivo siempre tiene mucho interés por parte del vecindario Somionense que lo guarda a modo de colección.

Preparando la romería más asturiana

Comienzan poco a poco los preparativos en el prau de la romería; primero se engalanan con banderines de colores las calles cercanas al “campu la fiesta” por donde discurre la procesión el domingo y el entorno de la iglesia parroquial. Se instala la carpa, luces de colores, la megafonía y el escenario; luego llega el turno de mostradores, neveras, mesas, sillas, las cajas de sidra… El viernes comienza la fiesta y durante tres días hay actividad frenética en el “prau” de la romería. 

Música y mesa

Desde la carpa montada al efecto en el “Campu la Iglesia” y a lo largo de tres días de fiestes se puede escuchar música ambiente apropiada a la actividad desarrollada en cada momento. Música en directo ofrecida por varias orquestas que amenizan las verbenas. Un público siempre entregado, que aprovechando las espectaculares noches veraniegas se acercan hasta la barraca de la comisión de fiestas “La Ardillina”, formando entre todos un gran ambiente de romería de “prau” para olvidarse de la crisis.

Esfuerzo e ilusión no faltan para programar año tras año unas fiestas patronales del Carmen  para todos los gustos y para todos los públicos. Unas fiestas en las que la diversión y la tradición se dan la mano estando aún vigente el reunirse en torno a la mesa común familiares y amigos.

Actividades culturales en la iglesia

La Comisión de fiestas incluyen en el programa actividades diversas: deportivas, gastronómicas, tradicionales o culturales. Entre estas últimas el primer día de fiesta comienza con el pregón proclamado desde el ambón de la iglesia. Después alguna coral procedente de fuera de Gijón interpreta un programa variado donde no puede faltar la “Salve Marinera” en honor a la Virgen. Previo a los actos anteriormente citados, y según los criterios de las bases establecidas a tal fin, son proclamados la reina, dama y el galán infantil, siendo requisito imprescindible engalanarse con el traje asturiano para su investidura.

Sesión vermut y desfile canino de Somió

Para dar más realce a las fiestas del Carmen se incorporó, al ya variado programa, el desfile canino en el año 2011 que resulta ser del agrado del público y de los numerosos participantes. Al ser Somió una parroquia donde es frecuente ver perros guardianes en fincas o mascotas de niños y mayores, la idea del desfile canino fue tomando forma. Con buena acogida y gran respuesta de participación a la convocatoria, logramos incorporar el desfile canino en las fiestas, participando con disfraces originales que hacen las delicias del público. Al mismo tiempo se puede disfrutar de una sesión vermú con música en directo, una barraca con buena sidra y comida y un buen ambiente festivo.

Concurso gastronómico y merienda vecinal

Se convoca desde el año 2000 un concurso gastronómico de tortillas españolas, tortillas creativas, empanadas, arroz con leche y postres caseros, comida tradicional para unas fiestas populares. Se presenta abundante comida al concurso poniendo en aprieto al experimentado jurado nombrado al efecto. Según las bases del concurso, reciben premio los tres primeros ganadores de las cinco especialidades siendo muy aplaudidos por el público. La gastronomía presentada al concurso queda a disposición de la organización para degustación conjunta, una manera de contribuir a la unión vecinal con motivo de las fiestas que cada año nos aporta más satisfacción.  

 Gran chocolatada

Los más pequeños tienen especial protagonismo en les fiestes de El Carmen. A ellos va dedicada la primera parte del sábado, ofreciéndoles una actuación de entretenimiento y la tradicional chocolatada con churros, servidos por miembros de la Comisión de fiestes.

El escanciado de la sidra

No hay romería Asturiana que se precie sin sidra, cajas y cajas de sidra. Somió parroquia rural por excelencia, tuvo buenas pomaradas y populares llagares que daban a conocer su producto en espichas caseras, que eran muy concurridas por el vecindario pues dominaba el método artesanal para elaborar una buena sidra.

Para dar más contenido a las fiestas y divertirse a la vez, un grupo de entusiastas vecinos convocaron en el año 2007 el I concurso de escanciadores de sidra, creando unas bases y concediendo premios a los mejores.

La “alborada” de Somió

La Asociación de Vecinos mantiene las tradiciones en colaboración constante con los vecinos, incluso va añadiendo nuevos detalles. Primero fue un carro arrastrado por una pareja de vacas y cargado de niños, luego una “xarre” tirada de un caballo y ahora un tractor engalanado para la ocasión, que adaptándonos a los nuevos tiempos, hacen las delicias de grandes y pequeños en la famosa “alborada” de Somió que discurre por los diez barrios de la parroquia anunciando la festividad de El Carmen.

 El “ramu” de El Carmen de Somió

Un componente importante de las fiestas es el tradicional “ramu de El Carmen”. Está formado por un armazón de madera de forma piramidal que será quien sustente los panes, las flores y lazos de colores; es adornado todo él con abundante laurel cortado fresco en los matorrales de Somió; además lleva productos típicos asturianos que se subastarán después de la procesión. El “ramu” se pone a la entrada de la iglesia y los grupos de baile danzan a su alrededor; más tarde entra en la iglesia a hombros de cuatro mozos con el traje regional ofreciéndolo en la misa de fiesta al tiempo que el coro parroquial canta una canción relacionada con el momento. Luego se subasta en el “Campu” la fiesta.

Descarga  de voladores y repique de campanas

A las populares fiestas de El Carmen en Somió acuden foráneos seducidos por la hermosura del lugar, la alegría, la música, los bailes regionales, los encuentros amistosos… todo ello tiene generalmente su origen en un acontecimiento religioso y en ese sentido El Carmen de Somió es un potencial festivo. El tradicional repique de campanas, que ha pasado por las manos de varias generaciones de Somioneses, sirve para anunciar la hora de ir a la Iglesia de San Julián y asistir a la misa solemne, disfrutando también de sus estupendos alrededores en constante explosión de alegría.

Pero no solo las campanas y los campaneros tienen tradición en Somió, la descarga de estruendosos voladores mantiene expectante al vecindario desde el viernes hasta el fin de fiesta con la tradicional traca.

Bailes regionales

La fiesta religiosa y la fiesta profana tienen su punto de encuentro en el folklore. El laureado “Grupo Jovellanos” de Gijón es el encargado de amenizar ambas celebraciones. Por un lado entonan a gaita y tambor el Himno regional en la celebración eucarística; luego desfilan en la procesión sin dejar de animar con sus canciones, castañuelas y panderos sin olvidarse de la gaita y el tambor. En la Plaza de Villamanín la procesión hace una parada obligada y delante de la Virgen el “Grupo Jovellanos” baila en su honor el CORRI-CORRI considerada esta danza como la más ancestral de Asturias, habiendo mantenido con el transcurso del tiempo su pureza. Se acompaña con un canto monorrítmico (más bien un romance) dedicado a la Virgen y el Niño. Como instrumentos musicales se utilizan únicamente un pandero y un tamboril. Suelen bailarlo seis mujeres, con pasos ceremoniosos a las que durante la danza acosa un solo hombre (denominado “bailín”), el cual realiza gestos y cabriolas alrededor de ellas intentando llamar su atención, sin conseguirlo. Las mujeres portan en sus manos sendas ramas de laurel como símbolo de pureza. Su práctica original se sitúa próxima a los Picos de Europa, al este de la región.

Entrega del “bollu preñau y xarra de barro”.

Espicha de una pipa de sidra del duernu

La parte profana prolonga la alegría provocada por el acontecimiento religioso y la entrega del “bollu preñau y la xarra de barro” facilita el dialogo cordial del vecindario mientras se espicha una pipa de sidra al son y esplendor de los bailes regionales del “Grupo Jovellanos” que llevan tres décadas seguidas acudiendo a Somió, consolidando  una fiesta muy asturiana junto al numeroso público. Las “xarras” de barro para tomar sidra directamente del barril que reparte la Asociación a sus socios y que fueron recuperadas especialmente para esta ocasión, son una replica de las realizadas por los “Tarreros de Somió” entre los años 1908 y 1955 en el barrio de Fuejo. Allí disponían de las condiciones necesarias para el desarrollo de las labores alfareras: una gran veta de barro y abundante agua corriente.  

Juegos rurales tradicionales

El juego del “gomeru” es una costumbre arraigada en Somió; comienza a ser campeonato tras unas apuestas entre vecinos, de esto hace ya bastantes años. Estos concursos tienen origen en el escenario de música del antiguo Somió Park; la diana eran botes de bebida, el “gomeru” debía ser propiedad del concursante no permitiendo el arreglo del mismo, caso de romper, ni cambiarlo por otro. Los gomeros eran realizados con goma de cámaras de bicicleta siendo el “forcau” de diversos materiales como de palo, varilla de hierro o madera. También el juego de la rana y de la llave es una veterana tradición en las fiestas patronales del Carmen. Personas de cierta edad se acuerdan de las aptitudes de algunos jóvenes que eran unos fenómenos jugando. El alma de los concursos ha sido durante años Pachicho Cifuentes, nacido en Somió, siempre vinculado con la parroquia que acudía cada año a la fiesta de El Carmen desde su residencia en Madrid; él aportaba su granito de arena donando los trofeos que encargaba específicamente a un artesano. Desde el año 2000 se hace cargo del concurso la Asociación dando continuidad a la obra de Pachicho.