Día de la Ardilla
A título póstumo
Don José Muñiz González nació en Gijón en 1907. Desde niño ya quería ser medico, como su padre el doctor Don Juan Muñiz Cárdenas, cosa que no le agradaba a su madre Doña María González Suárez, pues su padre murió durante una epidemia de tifus en el año 1911 mientras atendía a los enfermos. Terminó el bachillerato en el Instituto Jovellanos de Gijón en el año 1924 e ingresó en la Facultad de Medicina de Oviedo ese año, realizando los estudios de Licenciatura en la Facultad de San Carlos en Madrid obteniendo el titulo en 1931. Tras unos años de estudios en centros hospitalarios, se establece en Gijón, en 1939, como medico internista. En el año 1944 contrae matrimonio con Doña Marisol Galarza Sánchez-Dindurra y logran crear una gran familia con seis hijos y diecisiete nietos. Sus grandes aficiones fueron el ajedrez y el fútbol. Tomó parte en todos los campeonatos de España de Ajedrez para médicos y también participó en numerosos campeonatos de Asturias. En el año 1976 fue designado como el mejor deportista asturiano de Ajedrez. Su gran pasión fue el Sporting acudiendo al Molinón a animar a su equipo hasta que sus piernas se lo impidieron. Se ocupó de gestiones en la Junta Parroquial colaborando y participando con Don Pío sin perderse ninguna de las festividades religiosas junto a su numerosa familia y en la Asociación de Cabezas de Familia de Somió donde fue secretario durante muchos años siendo, además, una de las personas fundadoras. Pero los vecinos de Somió (donde se instaló definitivamente en el año 1946) le recuerdan sobre todo como un buen profesional de la Medicina, y algo mas: ha sido para todos un amigo. Supo ganarse el cariño de los que le conocieron por su disponibilidad allá donde se necesitase su presencia a cualquier hora del día o de la noche, siendo a la vez generoso con todos ellos. Y es que el Doctor Muñiz vivía para ayudar y hacer el bien sin hacer acepción de personas tanto desde la Medicina como fuera de ella. Durante cincuenta años pasó consultas a particulares y visitó los domicilios de personas enfermas, en la parroquia de Somió y sus alrededores, sin ningún interés económico, siempre con su sonrisa agradable y sus palabras cariñosas para con los pacientes. Fueron miles de personas, de lo más dispar, las que atendió en distintas circunstancias y siempre su conducta ha sido callada y discreta. Ejerció la medicina hasta el año 1990, ya que aunque con gran pena por su parte tuvo que dejar el ejercicio de la profesión por motivos de salud a sus 83 años. Falleció celebrando la Navidad en 1996 rodeado de toda su familia, como a él le gustaba, a los 89 años. Como reconocimiento a su labor altruista un nutrido grupo de amigos realizaron las gestiones necesarias ante el Ayuntamiento de Gijón para dar su nombre a una calle próxima a donde él vivió, de esto hace diez años. Hoy, confraternizamos en Homenaje Póstumo entorno a sus hijos, nietos, familiares y amigos de Muñiz, un nutrido grupo de vecinos de Somió, para otorgarle la distinción “Ardilla” dirigido a él por el afecto y la defensa que siempre hizo de sus convecinos y en beneficio de la parroquia.
29 de junio de 2007