Día de la Ardilla

A título póstumo

Elías García Rivero natural y vecino de Somió, ha sido nominado en esta VI edición para recibir el ping de “Ardilla” de oro de la Asociación de Vecinos a título póstumo, siendo sus méritos la sensibilidad en la defensa y protección de las personas de nuestro entorno más rural, un hombre que hizo historia en Somió y por eso hoy queremos recordarle y rendirle homenaje. Casado con Fredesvinda tuvo dos hijos. Fue afanado labrador de profesión, cultivando en su casería del barrio de Fuejo trigo, remolacha, maíz, fabes, lechuga, el famoso tomate “marmande”, grandes cosechas de manzana y variadas frutas, amén de ser propietario de una buena y extensa ganadería. Primero tuvieron un caballo y un carro para vender leche por las tiendas y casas particulares de Gijón y más tarde ya con la típica “xarre” iban al Mercado del Sur. El caballo y la “xarre” también lo utilizaban para repartir productos de su cosecha a familias necesitadas de Somió y Cabueñes, en este caso era Fredes quien se encargaba de repartir víveres y ropa a los menos pudientes. En el año 1932 comienza su labor solidaria en la Fundación Cristiana Dionisio Cifuentes de auxilio económico a los vecinos necesitados de Somió, siendo secretario-contable hasta el año 1974 que renuncia por motivos de salud. Durante ese periodo de tiempo escribe de su puño y letra, con buena caligrafía, aunque había ido poco a la escuela, las actas de las reuniones mensuales que la Fundación mantenía según los estatutos y que recogen de forma detallada y ordenada la actividad de la Fundación y consecuentemente de una parte de nuestra parroquia; unos libros que encierran la historia de muchas familias de Somió que recibían ayuda económica regular de manos de Elías, así como otros testimonios generales que sucedieron en la parroquia como la inauguración de la Avenida de Dionisio Cifuentes por suscripción popular en base a unas cuotas vecinales, recayendo además sobre él los trámites a realizar ante el Ayuntamiento para dar el nombre de tan ilustre vecino a una calle de Somió. Los libros de cuentas aun los conserva su hijo José Manuel con mucho orgullo, pues como él dice “llevar al día los libros le llevó muchas horas de trabajo que tenía que quitar a los quehaceres de la casería”. Visitó la mayoría de las casas de los barrios de Somió, cuyas familias vivían exclusivamente de la ganadería y agricultura, explicándoles y tratando de convencerles que debían de comenzar a pagar un seguro agrario que les garantizase cubrir cualquier contingencia asegurando también el futuro familiar. Digamos que fue una persona con visión de futuro que desinteresadamente fue trasmitiendo la necesidad de asegurarse a sus vecinos, pues el cambio que se estaba produciendo en la sociedad afectaba a los numerosos labradores de aquellos años que no entendían de cubrir papeles administrativos, solo sabían trabajar de sol a sol. En el año 1968 fue impulsor de la Asociación de Cabezas de Familia de Somió, hoy Asociación de Vecinos, como socio fundador. Este año 2018 celebramos el 50 aniversario de aquella feliz iniciativa de unas personas generosas, como Elías, con unos proyectos nobles y ambiciosos para una parroquia con problemas sociales de todo tipo, desde abastecimiento de agua, saneamiento, vigilancia, enseñanza o alumbrado entre otros. Su vocación de servicio hacia el vecindario llevó a Elías a ser alcalde pedáneo de esta entrañable parroquia rural algunos años, una figura que ya no existe en el Ayuntamiento de Gijón, siendo Doña Carmela Requejo la última persona que ejerció tal representación por Somió. Son realidades acontecidas a lo largo de los 84 años de vida de nuestro protagonista y entrañable vecino que falleció en el año de 1977. Desde la Asociación de Vecinos “San Julián” hemos hecho realidad el sentir de los vecinos que conocieron a “Elías el de José Rosa” y lo han propuesto candidato al premio “Ardilla” en su sexta edición, compensamos de algún modo su trabajo personal, silencioso y altruista, a la vez que también premiamos sus valores humanos. Él ha sido prudente en la vida como lo son nuestras ardillitas, presentes hoy en nuestros caminos y carbayeras y símbolo de buena vecindad como el presente acto.

15 de septiembre de 2018