Autora: Carmen María González Rodríguez
Porfolio Fiestas de El Carmen 2018
Finca rustica situada en SOMIO, que limitaba al Este con el Camino de Cabueñes, al Sur Carballeda de Candenal y al Norte y al Oeste por dos caminos públicos.
Fundada en 1921 por D. Arturo Truan Vaamonde junto con su hermano D. Luis, tercera generación de una familia de procedencia suiza asentada en Gijón donde tenían una fábrica de vidrio. A la muerte de su padre se hizo cargo de la fábrica, pero su pasión era el arte, fue un hombre avanzado en técnicas de fotografía y jardinería entre otras cosas, lo que le llevo a fundar dicha granja que especializó en avicultura, cunicultura y horticultura prestando gran atención a lo que le apasionaba, que eran las flores, cultivando una gran variedad de ellas. Su fama como floricultor fue tanta que fue nombrado Delegado de Jardines del Ayuntamiento de Gijón ganando en este puesto varios premios.
La finca medía 37.680 metros cuadrados, estaba cercada de un paredón de piedra, con una casa para los caseros. Poseía abundante agua procedente de un riachuelo que la atravesaba, regando una tierra muy fértil. La puerta de entrada era por el Camino de Cabueñes.
Quise saber más sobre la granja y me dediqué a preguntar a la gente de Somió de cierta edad y como solemos decir: de aquí, de toda la vida, que me explicaron todo lo que recordaban. En primer lugar, hable con D. Juan Manual Amado, conocido por “Peche” mote que según él derivaba del balbuceo de niño que señalaba las cosas con “pechu-pecho”. Hombre inteligente, amable, servicial y siempre alegre, recordaba que en 1941 fue ofrecida en venta por 150.000 ptas. a su padre D. Luis Amado, por los propietarios un matrimonio sin hijos cuyo nombre no recordaba. Su padre decidió no comprarla por lo que fue donada por dicho matrimonio a las monjas Hermanas de la Caridad cuando tenían su residencia en el centro de Gijón, parece ser que en esa época era usual hacer donaciones a la Iglesia y órdenes religiosas. Así mismo recuerda “Peche” que con la ayuda de los ancianos validos las monjas cultivaban, verduras, hortalizas y criaban conejos, gallinas, vacas, cerdos, etc. para ayuda alimenticia de sus ancianos, incluso hacían embutidos con sus productos.
Posteriormente hable con Dña. América Medio que vive en casa “El Roxu” situada al lado del actual Hogar de dichas monjas. Señora amable y servicial, con una mente esplendida que me explicó que recordaba ver pasar desde su casa a personas con útiles de trabajo de campo que iban a trabajar a la granja. Según ella vendían los productos de la huerta en Gijón y la leche era recogida todos los días por un señor que transportaba las lecheras en un carro tirado por un burro. Me cuenta también que los astutos conejos se escapaban de la finca, todo era muy bucólico. En la finca de casa “El Roxu” había un lavadero donde se lavaban calderos, embudos y maquinas de picar carne que usaban las monjas para hacer los embutidos, cuando ya tenían la residencia donde está actualmente.
Después de mucho indagar, parece ser que ese matrimonio que dono la granja se llamaba: Don Prospero Blanco y Dña. Herminia, dato proporcionado por otro gran vecino de Somio: D. Ángel Loche Cifuentes conocido como “El Pilu”.
En 1991 la granja Maruja fue vendida a Fincas de Viesques y actualmente es la Urbanización Los Naranjos. Lo único que queda de la granja son los restos de un abrevadero pegados a una pared de piedra en la zona sur de la finca.
Mi agradecimiento a todas las personas que me ayudaron y un recuerdo muy especial para “Peche” D.E.P. nuestro gran vecino y amigo.