Ángel Rubiera García

Autora: Covadonga Rubiera

Porfolio Fiestas de El Carmen 2018

Nació el 16 de abril de 1916 es hijo de Brígida García “la de José Rosa” y Esteban Rubiera. Es el segundo de cuatro hermanos José, Fernando y Maruja. Sus comienzos laborales fueron de panadero junto a su hermano, pero tras una huelga por el despido de un compañero, ambos se encontraron sin trabajo. Su tía Fredes le habló que buscaban un casero en la familia Figaredo, corría el otoño de 1938. En esta fecha ya se había casado con Josefa y tuvieron cinco hijos: Ángel, José, Ángeles, Conchita y Josefina. Actualmente tiene once nietos y siete biznietos.

En la Quinta Figaredo compartió trabajó con D. Ismael Figaredo planificando y manteniendo la extensa finca, que es referente en Somió. La afición al trabajo, la unión de la familia y el ciclismo fueron sus grandes retos en la vida.

Ángel siempre estuvo dispuesto a ayudar a vecinos y amigos mientras las fuerzas se lo permitieron, haciendo a su vez gala de gran paciencia para aguantar a la gente menuda. Siempre le recuerdo subiéndonos a los caballos en cuanto podíamos mantenernos derechos y darnos unas vueltas por los alrededores. Incluso a cualquier niño pequeño que aparecía por casa le encantaba el poder subirlo al caballo.

Se jubiló realmente en torno a los 90 años cuando vendió el ganado por problemas de salud. Pero continuó con su huerta a la que renunció apenas hace un par de años. Hoy en día todavía le pide a su primo José Manuel alguna planta de pimiento que cuida con cariño y esmero.

Su longevidad creo que se debe a vivir en un paraíso y su trabajo al que nunca faltó, salvo alguna operación o accidente por ejemplo el ocurrido hace unos años: se rompió una pierna lo escayolaron y al llevarle a quitar la escayola salió toda la grana de hierba inimaginable a lo cual el médico le comentó que al pasar por la carretera lo veía segando, aunque él le había dicho que tenía que reposar.

Su cabeza buscando siempre cualquier tarea para hacer, su agua de “la fuentina”, su alimentación de lo más natural (siempre fue muy buen comedor) y por su puesto su gran amor por la familia son algunos de los factores que lo mantienen vital a sus 102 años.