Autor: Javier Cardeli
Porfolio Fiestas de El Carmen 2019

FUNDACIÓN DEL CLUB
Parece que fue ayer, pero el próximo mes de septiembre, el C.F. Estudiantes de Somió cumple cincuenta años de historia. Fundado en el citado mes de 1969 por Javier Castro, Benito Cifuentes, Jorge Díaz Francisco Javier García, Javier Rubiera, José Luis Rivero, Juan Piñera, Javier Piñera y el firmante, Javier Cardeli, en las mesas del antiguo merendero y antes sala de fiestas, Somió Park.

Tuvimos varias reuniones organizadas por Javier Castro, del que partió la idea, hasta que se llegó al acuerdo de federar un equipo juvenil de futbol que cubriera el hueco que dejaba en la parroquia la desaparición del Atlético Somió, equipo infantil que dirigió el recordado Valero y también por la inminente retirada del Somió Juvenil, de las competiciones oficiales.
Se eligió el nombre de “C.F ESTUDIANTES DE SOMIÓ” porque sus jugadores eran en su mayoría estudiantes y de Somió. Entonces los colegios, salvo el Inmaculada, no competían en futbol federado, por lo cual, los chavales de Somió en edad juvenil, se quedaban sin equipo en la parroquia. Se eligieron los colores verde en la camiseta y blanco en el pantalón y medias.

Más tarde el pantalón pasaría a ser azul y luego negro y las medias verdes, pues en el color blanco se notaba demasiado el desgaste después de los continuos lavados. No había medios económicos para contar con más de una equipación titular. En la segunda equipación cambiaba solamente la camiseta, que era de color azul.
Me ocupé de diseñar la primera insignia del club, un pentágono con las letras E y S en su interior. La socia y madre política de un servidor, Conchita Fernández, diseñó y confeccionó el primer banderín oficial del club.

También hay que destacar que una de las primeras socias fue María del Valle, sobrina de Evaristo Valle, de la finca La Redonda, en donde más tarde fue ubicado el Museo del famoso pintor gijonés. El primer local social se estableció en el patio trasero del Bar Casa Jorge y luego se trasladó a los antiguos camerinos de Somió-Park.
LOS DIFICILES COMIENZOS EN LA LABORAL Y LA REINAUGURACIÓN DE SOMIÓ-PARK.
Los primeros partidos oficiales de la Copa Federación se disputaron en un campo anexo a la Universidad Laboral cercano a la Pecuaria, en donde ahora está el local social de la Asociación de Vecinos de Somió. Los vestuarios en la misma Universidad, muy lejanos al campo y había que traslada allí todo el material.

Las malas y precarias instalaciones hacían necesario un campo más céntrico y el primer Presidente de la historia del club, Jorge Díaz, consiguió de su padre y tía que regentaban el merendero y restaurante de Somió-Park, poder utilizar el campo existente en dicho recinto, que había sido sede del Somió regional en los años cincuenta aunque ya se había utilizado con anterioridad a la guerra civil.

El 18 de abril de 1970, con un partido oficial de la Copa Federación y teniendo como rival al Sporting Juvenil, denominado entonces Real Gijón, quedó reinaugurado Somió-Park, con una excelente entrada y asistencia de directivos de la Federación Asturiana y Colegio de Árbitros. El partido terminó con honrosa derrota 0-2 y correcto arbitraje del colegiado Ángel Villazón, conocido y estimado vecino de la parroquia, que solicitamos expresamente al Colegio Asturiano de Árbitros para el evento.
En aquel equipo había ocho chavales de Somió. Las porterías con las que se jugó el partido inaugural y que permanecieron cierto tiempo, fueron construidas con madera de una obra cercana y las redes utilizadas fueron donadas por un vecino que tenía una huerta en Villamanín, y las usaba como protección contra las aves.

En el Restaurante de Somió-Park se celebró una cena-homenaje a Jorge Díaz Fernández, que fue nombrado Presidente de Honor, porque gracias a él y también a su hermana Margarita se logró que Somió-Park fuera la sede oficial del Estudiantes y lugar de encuentro futbolístico de los chavales de la parroquia. También el Presidente del Sporting, Víctor Manuel Felgueroso, dueño de la finca vecina al campo, colaboró desinteresadamente facilitando agua al campo. Como primeros vestuarios se utilizaron los camerinos del antiguo escenario y luego las taquillas, más otra caseta prefabricada, construida por el directivo Mario Piñera.

El primer entrenador fue Javier Castro al que sustituyó pronto el tándem Nardo-Cardeli, para seguir en solitario mi hermano Marcelino que hizo una labor muy destacada. Su carácter sobrio y serio e ideas claras en el aspecto táctico y físico lo hacía insustituible y pese a que recibió muchas ofertas de otros clubs, incluso del Sporting, para dirigir equipos de la Escuela de Mareo, se mantuvo de entrenador durante dieciocho años sin ninguna remuneración , recibiendo la primera insignia del club.
BRILLANTE PROGRESIÓN CON ASCENSOS A LIGA NACIONAL DIVISIÓN DE HONOR
La trayectoria deportiva del Estudiantes fue casi siempre ascendente y ya en la segunda temporada de existencia estaba compitiendo por el ascenso de categoría, que se plasmó en la temporada 73-74, ascendiendo a preferente. En la 75-76 con Benito Cifuentes de Presidente se logró el ascenso a 1ª juvenil, máxima categoría, ya que aun no existía Liga Nacional. En la 77-78 se produce el “éxodo” de Somió-Park por la construcción de chalets, pasando a compartir terreno de juego con el Somió Regional en el Nuevo San Julián junto a la carbayera de Candenal. Primer ascenso a Liga Nacional en la 80-81 con Marcelino Cardeli de entrenador, pero hubo que renunciar por motivos económicos que impedían hacer frente a los importantes gastos de desplazamientos fuera de Asturias.

En la temporada 88-89 se volvió a subir a la Liga Nacional, con Muñiz de míster, pero esta vez no se renunció a la categoría. La buena gestión económica y el sponsor Valentín Villabona, del Restaurante Las Delicias fueron claves. En la 91-92 se abandona el Nuevo San Julián de Candenal, por construcción de viviendas y se inaugura el Nuevo San Julián de La Providencia. En la 92-93 otro ascenso a Liga Nacional con Serafín al frente, permaneciendo hasta 2006-07, temporada con broche final subiendo a División de Honor, máxima categoría del futbol juvenil.
En el Torneo de Barrios también se consiguieron éxitos. El Estudiantes fue finalista en 1978 y 1981 y se proclamó campeón en 2002 derrotando en la final al Sporting por 2-1.
DECLIVE Y RESURGIR ACTUAL
Al final de la década del 2000 comenzó un declive por diversas causas que sería prolijo detallar, pero principalmente por el abandono que sufrió el club. A finales de los 90 y principio del 2000, mientras que otros barrios de Gijón comenzaron a construirse campos municipales de césped artificial, el Estudiantes fue el gran olvidado. Los chavales se empezaron a alejar de los campos de hierba natura, como el de La Providencia, muy expuestos a la climatología adversa, además de costosos de mantener, para optar por los sintéticos de Covadonga, Tragamón, Mortero, Montevil, etc., lejos del barro y las incomodidades. En este contexto es muy difícil competir en la “elite” del futbol base porque no hay igualdad de condiciones para hacerlo.
Cuando esto escribo, llega la buena noticia de que el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Gijón presidido por la alcaldesa Carmen Moriyón está a punto de firmar con la propiedad del campo una cesión de los terrenos por veinte años para que el Nuevo San Julián pase a ser municipal y comenzar así una mejora en las instalaciones con el principal objetivo de convertir el terreno de juego en hierba sintética. Este sería por fin el inicio de la solución a los problemas.


Mientras tanto, la presidenta María Elena Cuende intenta superar los importantes condicionantes y lucha por mantener viva la entidad. Ha realizado algunas mejoras en las instalaciones, crea un equipo regional que aspira a ascender a 1ª categoría, y dedica especial atención a los cadetes, infantiles, alevines benjamines y pre-benjamines. Queda la espina de ver al juvenil, que fue siempre el buque insignia, estancado en 3ª, pero comprendo que hay que dar un tiempo para que se pueda llevar adelante la transformación que supondrá municipalizar las instalaciones.
OTROS DATOS
Como resumen final algunos datos:
El 9 de junio de 1995 se celebraron las bodas de plata del club con masiva asistencia de jugadores, técnicos, directivos, socios y simpatizantes y homenaje a sus ex – presidentes.
El Estudiantes ha tenido siete presidentes hasta ahora: Jorge Díaz, el pionero, después el que suscribe, Benito Cifuentes el tercero, luego Corsino Moro, seguidamente José Ramón Valle al que sustituyó Manuel Caso y por último la actual María Elena Cuende, pero hay que citar a otros directivos y colaboradores muy importantes como Carlos Lafuente, coordinador y entrenador salvador del equipo en varias ocasiones, Menchu, “eterna” directiva que fue galardonada por la Federación Asturiana de Futbol y se mantiene desde los inicios, merece un reconocimiento especial, Puri González, Luis Lastra, Pedro García y Valentín Villabona, Presidentes del Somió, Mario Piñera, Ángel Villazón, Ruma y Miguel Barbero, Víctor del Bar Casa Víctor, Javier y Cesar Cuesta y algunos más que ahora no recuerdo, por lo que espero me disculpen.

Mención especial para el trofeo Somió, que organiza el club ininterrumpidamente desde 1971 y es de los más antiguos de todos los torneos veraniegos de Asturias.
En cuanto a jugadores: Abelardo, que recibió la insignia de oro del club, fue el más importante sin duda, llegando a la internacionalidad. Luego Chus Bravo y los gemelos Jorge y Alejandro. Todos ellos jugaron en 1ª División. En cuanto a jugadores de la cantera local somionense, hubo muchos, algunos excelentes aunque no llegaron a cotas muy altas, como Pachicho, Pirrili, y Pepín, pioneros y prematuramente fallecidos, pero siempre en el recuerdo, Nacho el del Estanco, Rendueles, Placido, Luis Miguel Piñera, Iñaqui del Riego, Claros, Manu Loché, Carús, Ricardo, Javier, Josín Cardeli, Berto, José Antonio, Juanjo, Lastra, Perucho y algunos más que siento no recordar ahora.
Solo queda felicitar al C.F ESTUDIANTES DE SOMIÓ por sus cincuenta años de existencia. El evento conmemorativo de las bodas de oro del club se celebra el 16 de junio en el mismo campo de La Providencia, bajo una gran carpa que acogerá diversos actos aun sin ultimar cuando se escriben estas páginas.