Discoteca El Oasis

Autora: Asunción Rivero Cuesta

Porfolio Fiestas de El Carmen 2015

Una noticia alarmó, entristeció y llenó de nostalgia a muchos gijoneses durante el verano de 2014 cuando en la prensa, salta la noticia de la desaparición de la emblemática discoteca Oasis sita en la Ería del Piles. Sería demolida a lo largo del próximo año… pero no demuelen las historias que en ella se vivieron, los recuerdos…todo quedara en el recuerdo de los muchos que en ella pasamos los veranos, asistimos a las verbenas, nos divertimos, disfrutamos, cuajaron amistades, amores, historias e historietas…

La historia del Oasis comienza a finales de los años 40 cuando el padre de Mario y Emilio Garciablanco los anima a comprar una pequeña parcela situada pasando el puente Piles…en ella había una pequeña tienda de comestibles, merendero que servían bocadillos, alguna comida y un frontón, por lo cual el establecimiento se llamaba El Frontón.

Los dos hermanos comenzaron la remodelación del local con una decoración de reminiscencias orientales e inauguraron la boîte Oasis Club

No fue poca la publicidad que, para la ocasión, se publicó en la prensa. El slogan, “Como arrancado de las mil y unas noches, OASIS CLUB viene para su diversión, se acompañaba de sugerentes invitaciones sólo para las féminas. Y es que el Oasis fue la primera sala de fiestas que recurrió, por aquel entonces, a la conocida estrategia de permitir el acceso gratuito de las mujeres para atraer al otro sexo. El éxito fue tal que los empresarios se verían obligados de anunciar, que no iba a haber entrada para todas.

En el frontón se llegaron a celebrar campeonatos y durante muchos años jugaron partidas grupos de amigos que venían a practicar su deporte favorito pues era el único frontón que había en Gijón en aquella época. Allí también hubo, la primera bolera americana que hubo en todo Gijón y, con su inauguración, también llegaron los primeros campeonatos, que hicieron las delicias de los gijoneses en los últimos años de la década de los 50 y que también trajeron polémica cuando, se presentó una señorita a participar en ellos. María Rosa Jarabo, una madrileña que veraneaba en Asturias

La bolera sufrió un incendio que la destruyó por completo pero el frontón se mantuvo casi intacto y las partidas de amigos se celebraron hasta principios de los años 80. Tan intacto que, fue derrumbado cuando la discoteca a principios de este año 2015.

Estos emprendedores hermanos Garciablanco fueron poco a poco ampliando el negocio con la compra de pequeñas parcelas de los alrededores y la construcción, ampliación, remodelación del negocio que pasaría a ser referente de la villa gijonesa tanto nocturna como diurna y de boîte paso a Sala de fiestas manteniendo siempre su decoración oriental.

Renovarse o morir. A finales de los 60, la sociedad había cambiado y también sus formas de ocio, y el carácter de restaurante intergeneracional, de bailes de ambiente relajado y competiciones deportivas comenzaban a alejar al Oasis de la juventud. Los empresarios decidieron dar un giro al negocio y transformar la sala de fiestas en algo mucho más moderno una discoteca-pop (así, todo junto), que sería inaugurada hacia los años 70 con la presencia de Peter Pan, “un acontecimiento musical con estreno de las últimas composiciones dedicadas a la juventud con inquietudes en el mundo pop “. Pero no sólo cambiaba la música.

En su nueva etapa, el Oasis trajo muchas novedades a una ciudad sumergida en una época marcada por los cambios que estaban por venir. Muchos artistas y cantantes que ahora son muy conocidos actuaron en esta sala de fiestas. Peret, Julio Iglesias, el bailarín Antonio, Rafael, Sergio y Estibaliz, cientos de fans se llevaron un gran disgusto cuando Danny Daniel, el artista gijonés de la indumentaria imposible, cancelase su concierto en la discoteca por enfermedad. Las actuaciones eran en la terraza de la discoteca.

Los muros del Oasis verían los directos, en los últimos años de los 70, de todos los conjuntos de moda. Había una “limpia y sana “competencia con la otra discoteca situada a orillas del río Piles…Aunque fue el Parque del Piles donde más actuaciones se realizaron, debido a que el aforo era mayor, hubo artistas que, dándoles a escoger el local, preferían el Oasis pues algunos hacían el concierto para un aforo limitado y selecto.

Durante los años 80, el Oasis se consolidaría como una de las salas de fiestas más populares de Gijón con su atractiva terraza en verano decorada con motivos que recordaban al oasis de un desierto .En verano abría todos los días en horario de tarde hasta las 10 de la noche y se celebraban las más variadas fiestas y verbenas como la de la espuma, la media naranja, la noche de San Juan…y es que en aquella época las fiestas de la ciudad gijonesa, la movida nocturna y diurna eran en las discotecas, no había actuaciones en la calle.

Quien no se acuerda de pasar por la carretera del Piles y ver a la juventud travesada por la carretera…que, aunque travesada daba vidilla a la zona. La juventud de la zona siempre estaba pensando en cumplir los años para poder acceder al interior y descubrir in situ lo que había allí dentro pues los comentarios y explicaciones de generaciones anteriores hacia que aumentara su ansia de descubrirlo.

Sobrevivió el Oasis, tras aquella etapa dorada, a la caída de sus compañeros más jóvenes. La Quattro avilesina, el Tik gijonés. El Oasis ya daba bocanadas agónicas cuando, en 2012, se transformó en discoteca low cost en un desesperado intento por preservarlo, pero nadie las escuchó. Este verano llegó la noticia. El Oasis Club, la discoteca pop Oasis, el Oasis, elija cada generación el nombre que más recuerdos le traiga, desaparece y, en su lugar, nos pondrán un establecimiento de comida rápida que añadirá a su nombre el de Oasis para mantener vivo en el recuerdo de todos lo que fue y significó para muchas generaciones esa emblemática discoteca. No solo el nombre queda en el nuevo establecimiento, Emilio Garciablanco, traslado a su domicilio uno de los murales que había en la terraza del Oasis y algunas personas se llevaron a sus casas un recuerdo de los azulejos de la fachada cuando comenzaba la demolición del emblemático establecimiento.