Autora: Virginia Álvarez-Buylla Bustillo
Porfolio Fiestas de El Carmen 2018
Somio es un lugar ideal para vivir, en donde tenemos de todo, hermosas casas, lujuriosa vegetación, buena gente y además una magnífica mujer que acaba de cumplir cien años. Purificación más conocida por Puri nació en Somio en 1918, hace cien años. Ha vivido todos y cada uno de esos años en Somio. Aquí ha sido muy feliz y también ha tenido algunos momentos difíciles, pero no cambiaría Somio por nada.
Nació y vivió en “Les Figares”, también llamada “Casa Lalo” toda su juventud, eran cuatro hermanos, un varón y tres mujeres. Después de su matrimonio se fue a vivir en la casa de su marido que había sido cedida por los padres de él para que pudieran formar su hogar. Es en esta casa en donde aún vive y aquí me recibió. Una mujer menuda, muy bien peinada y vestida, se disculpó por no llevar zapatos por culpa del dolor en los pies, pero llevaba unas zapatillas azules, preciosas. Su rostro refleja una paz interior que se transmite, una dulce placidez que te atrae.
¿Puri te acuerdas en donde estudiaste? – le pregunto.
-Sí, claro estudié en la escuela de Somió. Me gustaba estudiar y lo pasaba muy bien en la escuela. Recuerdo muy bien a Encarna, la maestrona, a la que tuve que sustituir un año por haberse puesto enferma. Estudié el bachillerato en el Instituto Jovellanos con el propósito de estudiar magisterio después. Tengo un recuerdo que nunca me abandonó del día que fui a recoger las notas finales al Instituto, había aprobado todo con buenas notas y volvía feliz en el tranvía pensando en los estudios de magisterio que iba a emprender, pero estando en el tranvía se oyeron voces asustadas gritando “ha estallado la guerra”, me dio un vuelco al corazón y comprendí que mi vida iba a cambiar para siempre-
¿Qué recuerdas de la guerra en Somio?
-En Somió no sufrimos mucho, para empezar, teníamos bastante comida y una relativa tranquilidad. Recuerdo que mis padres invitaron a unos familiares que vivían al lado del Simancas, en donde había mucho peligro por las balas y las bombas, a venir a nuestra casa, pasaron toda la guerra con nosotros y yo disfruté mucho con ellos.-
¿Qué pasó con los estudios de Magisterio? –
.-Abandoné la idea, en el año que sustituí a Encarna, sufrí mucho con los niños, no me hacían caso, se escapaban por las ventanas y yo lo pasaba fatal, así que decidí no estudiarla. Pero no dejé la enseñanza, pues daba clases particulares, muchas familias me contrataron y yo disfrutaba mucho. Así fue como conocí a Patricio, Tito, el que iba a ser mi marido, él sabía a qué hora pasaba por su casa camino de mis clases y me esperaba a la puerta. Fuimos novios ocho años, nos casamos en el 46 y tuvimos tres hijos Chus, Javier y Pachicho, mis tres amores, sufrí unos de los dolores más terribles que puede tener una madre, Chus y Pachicho murieron a los 56 años de cáncer, me dejaron dos nietas y un gran dolor. Javier se trasladó a vivir conmigo, ahora es mi apoyo y mi guía-
-¿Qué recuerdas de Somió en estos años?-
– Ha cambiado mucho, antes nos conocíamos todos, las casas estaban siempre abiertas y todo el mundo ayudaba a sus vecinos. Ahora no conoces a nadie. Entonces nos divertíamos sanamente, recuerdo un cine que había en la carretera general, en donde además había funciones de teatro, allí actuamos mis amigas y yo para recaudar fondos para la Iglesia en “Las Espigadoras”. La romería del Carmen era una de las mejores de Gijón, venían los tranvías abarrotados y lo pasábamos muy bien. Me acuerdo un año en que se celebró la fiesta de la Cruz Roja con los personajes más distinguidos de Somio y de Gijón, vamos la creme. Estábamos todos excitadísimos, viendo pasar a tanta condesa, marquesa, vestidas maravillosamente. También recuerdo a Figaredo que venía con un coche conducido por un negrito, era la sensación-.
En este momento noté que Puri estaba cansada y comprendí que había que terminar, antes de despedirme de ella me recordó que nunca había pasado una noche en un hospital. Me fui, pero volveré porque Purificación Álvarez Menéndez merece más de una visita.