Mercedes Baldó Meana

XXIV Homenaje a los Mayores de Somió 2022

Señora distinguida

Mercedes Baldó Meana

Nació el 17 de marzo de 1933, en Somió, en la finca de El Cañaveral.

Hija de Asunción, que también era de Somió y de Juan nacido en el barrio de La Guía.

Mercedes, nació “en casa”, como ella dice, “-de aquella se nacía en casa”-. Es la mediana de tres hermanos.

Con 4 años, empezó a la escuela nacional de La Guía, que estaba situada en la casa donde ahora hay un restaurante, “El Retiro de la Guía”. Recuerda con cariño a su maestra Doña Delfina, a la que llamaban “señora”, y que tenía a su cargo a los niños y niñas de la parroquia. -” íbamos todos juntos, de diferentes edades”-.

Cuando hizo su primera comunión, en la parroquia de San Julián de Somió, pasó al colegio Blancanieves, que, aunque en posteriores años también se situó en Somió, en sus comienzos estaba en Gijón.

“- Me acuerdo, cuenta, -el miedo que pasamos cuando la guerra. Sonaban las sirenas aéreas y corríamos a un refugio que había donde ahora está la parada del autobús de El Cañaveral. Ahí había un rio y debajo de unas tablas nos apiñábamos muy juntos hasta que pasaba la alarma”-.

A los 13 años, murió su abuela, y su madre, Asunción, se quedó sola al frente de la cocina del restaurante El Cañaveral, con lo que ella empezó a trabajar al lado de su madre para ayudarla.

También le tocaba acompañar a su abuelo, en el tranvía, a comprar a la plaza del sur pollos y ternera para asar. Era la materia prima más cotizada en la época para confeccionar los menús que luego se servían en El Cañaveral.

Recuerda, con muchísimo cariño, aquellas meriendas de Comadres, que instauraron las antiguas pescaderas de Cimadevilla, y que se organizaban en El Cañaveral, con tremenda afluencia de mujeres.

Las tortillas de patata, los callos, la merluza frita…etc., y de postre, siempre “picatostes”.

En las bodas de aquella época, cuenta que los menús más cotizados y demandados eran la sopa de marisco, los huevos a la riojana, la merluza frita, el pollo asado y de postre el brazo de gitana, que ella se encargaba de hacer, levantándose al amanecer para que le diera tiempo de tenerlo todo listo para la hora de la comida.

“-En el mes de diciembre-, sigue contando, se mataba, en casa, el cerdo. Ya sabíamos de siempre, que había muchísimo trabajo cuando la matanza. Llegamos a sacrificar hasta tres cerdos para tener carne para todo el año. Hacíamos muchísimos chorizos. Toda la familia, en la cocina de El Cañaveral, y algunas mujeres de otras casas que también venían a ayudar. Yo recuerdo de haber atado miles de chorizos para luego ponerlos en los palos y llevarlos a ahumar. Eran otros tiempos-“, recuerda con añoranza.

“-La ropa, la lavábamos a mano, en el lavadero del río de manantial que había en El Cañaveral”-.

Al paso de los años trabajó en las cocinas del hospital de Cabueñes, y posteriormente fue la gobernanta del Centro médico de Oviedo hasta su jubilación.

Mercedes nos ha contado brevemente sus vivencias; su trabajo desde niña giró en torno a su familia, con pocos medios como todos sabemos, pero con mucho amor por los suyos.

Siempre arrimando el hombro en casa y fuera de ella por eso en Somió estamos orgullosos de tener vecinas como tú, Mercedes.

Sabemos que este homenaje te ha hecho mucha ilusión y que vienes arropada por tus queridos familiares.

Los presentes te felicitamos entregándote unos obsequios y con este fuerte aplauso por cumplir años con calidad de vida.