Autora: Laura Viñuela Suárez
Porfolio Fiestas de El Carmen 2015
El pasado 27 de mayo salíamos de Ranón un grupín de 12 somionesas para realizar el viaje de estudios de inglés que hacemos cada año. Nuestro destino, en esta ocasión: la ciudad universitaria de Oxford. Fueron cinco días en el corazón de Inglaterra disfrutando una variedad de experiencias, a cual más «british».
Tuvimos la suerte de coincidir con la época de graduaciones universitarias, así que pudimos ver a los nuevos graduados, con su toga y su flor en la solapa, celebrando por las calles su nuevo estado. También disfrutamos prácticamente todos los días, de la que íbamos o volvíamos a nuestro hotel, de las regatas entre colleges por el río Támesis (que, a su paso por Oxford, cambia su nombre a «río Isis») y de algún que otro partido de cricket. El mundo universitario está presente en toda la ciudad y no quisimos perder la oportunidad de asomarnos a él: visitamos Christ Church, uno de los colleges más espectaculares y escenario de algunas de las secuencias de las películas de Harry Potter; la impresionante biblioteca Bodleian, que conserva en sus túneles más de 11 millones de ejemplares; y fuimos a un concierto de órgano a la capilla de Merton College.
Otro día lo dedicamos a Blenheim Palace, un enorme palacio propiedad de los Duques de Malborough y lugar de nacimiento de Winston Churchill. El paseo por los inmensos jardines (en realidad, sería más adecuado decir parques) que lo rodean fue de lo más agradable, a pesar de que nos tocó «sufrir» algún que otro aguacero (también muy típicamente inglés). Culminamos el día con un paseo en el pequeño tren que comunica distintas dependencias del Palacio y con un aventurero paso por el laberinto de tejo del jardín, ¡del que llegamos a pensar que no saldríamos!
Nuestra intención era tomar el «Afternoon Tea» (el té con sandwiches, «scones» y pastelitos) en Blenheim, pero la sala donde se sirve, la «Indian Room», estaba cerrada para un evento privado, así que tuvimos que postponer esta delicia para nuestro último día oxoniense: después de visitar el Ashmolean Museum y la preciosísima exposición de dibujos y acuarelas de pintores británicos, reservamos nuestro té en The Randolph, el lujoso hotel que se encuentra justo enfrente del museo. Esto nos dio fuerzas para sobrellevar el viaje de vuelta a Asturias y, sobre todo, los infernales controles de seguridad del aeropuerto de Stansted y los horribles horarios de nuestro vuelo de Easyjet, que nos devolvió a una Asturias lluviosa de lunes por la mañana.

