Autora: Eva Hernández
Fuente: El Comercio
El centro presentó un libro en la biblioteca de La Camocha donde versionan un relato sobre la naturaleza.
Con motivo del centenario de la muerte de Rosario Acuña, los alumnos de primero, segundo y tercero de Primaria del Colegio La Corolla adaptó e ilustró el cuento de la escritora, ‘Sobre una hoja de un árbol’. El centro consiguió que dicha versión esté dentro del fondo bibliográfico de las bibliotecas municipales, lo que supone «todo un hito y honor» para los alumnos.
Ayer, en la biblioteca municipal de La Camocha, los niños de segundo de primaria del centro escolar hicieron una lectura conjunta del cuento junto con los usuarios del Centro de Día para Personas Mayores de la Camocha.
Además de presentar el libro, los alumnos inauguraron la exposición ‘Paseo por las sendas de Gijón’ que se podrá visitar hasta el mes de diciembre. En ella, culmina el proyecto ‘Eco-detectives’. Esta iniciativa surgió a partir de este relato, desde el cual los alumnos fueron profundizado en la faceta de la escritora como defensora y amante de la naturaleza y de su necesidad de cuidarla y protegerla.
A través del cuento, los niños fueron hilvanando una serie de actividades que consistieron en el conocimiento de la biodiversidad, tanto de la fauna como de la flora. Dentro de ellas, se encuentra una recogida de ‘basulareza’ donde los niños recogieron distintos residuos encontrados en las sendas verdes de Gijón. Además también recogieron otras especies invasoras desde el punto de vista de la flora como el jengibre hawaiano o el plumero de la pampa. Con ello, «queríamos localizarlas, identificarlas y hacer un llamamiento a los vecinos y paseantes de las sendas de nuestro Gijon para que las respeten y se comporten debidamente», explicó Sandra Segarra, coordinadora de proyectos del Colegio de La Corolla.
En la exposición, se encuentran expuestos tanto las creaciones de herbolarios de los alumnos, como los murales de los usuarios del centro de día, el libro creado por los alumnos y la basura catalogada con nombres científicos en latín como ‘calcetus solus’ o ‘plasticus horribilis’ para concienciar al cuidado del planeta.