Fuente: El Comercio
Domingo, 30 de Agosto de 2020
«No hay mantenimiento ni conservación de caminos, no se limpian los cauces de los ríos y no hay saneamiento», lamenta Les Caseríes
Los vecinos de las parroquias rurales gijonesas anuncian «un otoño caliente». Y no precisamente por las temperaturas. Desde la Federación Rural Les Caseríes preparan una nueva ‘marcha verde’ por lo que consideran «un creciente abandono de la zona rural» por parte del equipo de gobierno municipal.
«Desde que se hizo cargo José Ramón Tuero de la concejalía no hubo más que palabras y tomar nota de las necesidades, pero no se ha hecho nada de nada», asegura el presidente del colectivo vecinal, Manuel González-Posada. «Se nos niega el mantenimiento y conservación de caminos, no se limpian los cauces de los ríos, se paran los proyectos de saneamiento… Nos dicen que no hay dinero ni para desbrozar los caminos y mientras tanto lo gastan en cosas que no tienen sentido», añade el portavoz de Les Caseríes.
Desde la zona rural ya preparan una nueva ‘marcha verde’, como las que en 2003, 2004 y 2005 movilizaron a miles de personas por las calles de Gijón contra el entonces Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que los tribunales acabaron por anular años más tarde.
«Ante la reiteración de quejas tramitadas y no atendidas, en otoño tendremos que tomar medidas como tractoradas o ‘marchas verdes’ que muestren el sentir vecinal», apunta.
No es una amenaza, pero los vecinos tienen claro que ellos son «igual de ciudadanos que los de la zona urbana». «De nada sirve comprar una finca de 5.000 metros cuadrados, hacer un casoplón, una piscina olímpica, plantar leylandis, que la parte de dentro parezca un campo de golf y la que da a los caminos parezca una selva…», lamenta el presidente vecinal, que aboga por que los vecinos sean responsables y desde la Concejalía de Distrito Rural «se tomen medidas urgentes para adecentar los caminos, no solo los principales».
«Cabreo de la población»
«Las decisiones del ayuntamiento sin consultar, ni tan siquiera plantear a los vecinos sus proyectos, empiezan a cabrear a la población, a la que no gusta esta forma de actuar arbitraria», añade. Ponen como ejemplo «las obras por más de 1,3 millones de euros por parte de la EMA» o «los 200.000 euros en pintadas en el Muro para algo provisional».
Con todo, desde la federación de las asociaciones de la zona rural preparan ya movilizaciones porque, abundan, «la naturaleza sigue su curso».