Autor: Manuel Nevares
Porfolio Fiestas de El Carmen de Somió 2009
“Hay un paraje en Gijón, que a mí la vida me llena…”. Así comienza el himno de nuestra Parroquia, en feliz creación de González Posada que musicó la joven Carmen M. Castro; continúa con que “…de antigua aldea pasó a ser vergel de la tierra. Sus parques y sus jardines…”
Reconocemos las excelentes dotes creativas del bardo Posada pero en la licencia poética referida a “sus parques y sus jardines”, convengamos, en que exageró un poquitín. ¡Hay que cantar a la tierra! Pero de parques y jardines andamos más bien menguados.
Las aspiraciones – legítimas – de que quien desea tener una vivienda en la parroquia, pueda tenerla, han de corresponderse con el espacio disponible, como en cualquier latitud.
Por eso, a lo largo de todos estos años y de los sucesivos Planos de Ordenación, el Ayuntamiento ha ido introduciendo modificaciones de uno en otro, hasta llegar a la situación actual en que el espacio verde mengua y mengua sin cesar.
Hoy, podemos comprobar que los espacios verdes de cierta entidad se acaban, por lo que hemos de reflexionar si esta situación debe contenerse.
En efecto, los espacios públicos se agotan. Quedan ya muy pocos: La Pecuaria, la Formigosa y se acabó….
Ambas, quedan ya tocadas por los nuevos viales a Cabueñes y la parroquia y sus organismos debieran reivindicar que la Pecuaria quedase preservada como pulmón verde de Somió. Hurtada la universidad Laboral, de una imprescindible y obligada franja perimetral, no quedan recursos verdes.
Es un espacio público completamente delimitado y además contiene elementos artísticos de indudable valor, como son el arco de entrada, hoy felizmente protegido gracias al esfuerzo de la Asociación, así como el antiguo aljibe del agua, verdaderas obras de arte.
Esta reivindicación me parece más que justa, necesaria: Repasemos qué nos queda y veremos que se acaba el espacio público.
Se trata de una oportunidad histórica y de llevarse a cabo la urbanización de dicho predio, la parroquia quedaría sin otra opción.
Vecinos de Somió. Pensadlo bien. ¿Por qué no puede tener esta Parroquia un grande y hermoso parque público en una zona estratégica, cerca de un monumento verdaderamente acosado desde todos los puntos cardinales?
Al fin y al cabo, cada barrio tiene – o debe tener – su parque público. Y Somió se merece el suyo; para todos.