“Las pequeñas virtudes”

Las pequeñas virtudes” de Natalia Ginzburg.
por Virginia Álvarez-Buylla

Es una escritora italiana nacida en Palermo en 1917, era hija de un profesor judío de una madre católica Lidia Tanzi. A los tres años la familia se trasladó a Turín. Tanto su padre como sus tíos fueron apresados por sus ideas políticas. Tuvo una educación laica en el instituto Alfieri. En 1938 se casa con Leone Ginzburg, un profesor de literatura rusa, antifascista y de origen ruso que había estado en la cárcel por sus ideas. Se relacionan con intelectuales relacionados con la editorial Eunaldi que Leone había ayudado a fundar. Mantendrían gran amistad con Cesare Pavese y Carlo Leone. Se mudan a Pizzoli en los Abruzzo desterrados y tienen tres hijos.

Con el seudónimo de Alejandra Tornimparte escribe su primera novela “El camino que va a la ciudad. Luego no va a usar más ese nombre y utilizaría el de su marido siempre.

Su marido fue detenido y torturado hasta la muerte en la cárcel romana de Regina Caeli en 1944.

Natalia se va a Roma y comienza a trabajar en la editorial Enaudi con la que colaboraría toda su vida. En otoño regresa a Turín, a donde ya habían regresado sus padres y sus hijos. Escribe “Y eso fue lo que pasó” con la que ganó el Premio Tempo. 

Se casa con el profesor de literatura inglesa Gabriele Baldina que había sido Director del Instituto Italiano de Cultura en Londres. Tuvieron dos hijos. Mientras tanto ella sigue publicando libros con gran éxito, ganó el premio Viareggio, el prestigioso premio Strega con “Léxico familiar”, novela autobiográfica considerada una de sus mejores novelas. Hizo un pequeño papel en el cine con Passolini. En 1969 muere su segundo marido. Natalia se vuelca en la política, es elegida diputada por el partido comunista italiano. Se conservan los textos de muchas polémicas cívicas en las que partícipó. 

Entre sus libros Familia, Querido Miguel, La ciudad y la casa, la famiglia Manzoni. También destacó en la comedia teatral “Ti ho sposato per allegria” y las traducciones sobre todo a escritores franceses.

Muere en Roma en octubre de 1991.

Fue miembro de la Academia Americana de las Artes y Las Ciencias. Recibió distinciones:  Fellow of the American, Academy of Arts and Science; Premio Bagutta; Premio Charles Veeillon en lengua italiana.


COMENTARIO SOBRE LAS PEQUEÑAS VIRTUDES.

Natalia escribía sobre ella, sobre su familia, sobre las personas que conocía y lo hacía sin adornos de ningún tipo por eso fue considerada a veces como una escritora menor, pero a ella no le importaba, escribía porque sólo le importaba escribir y quería seguir fiel a su vocación de escritora. Ella decía que no había sabido formarse una cultura de nada. Para ella el escribir era su oficio y el éxito no le importaba. Eso tuvo un precio, tuvo que aguantar ninguneos de muchos escritores, por ejemplo Luigi Malerba dijo de ella que como no se le ocurrían ni argumentos , ni ideas, ni título se dedicaba a hacer novelas de la infancia.

En las pequeñas virtudes habla sobre la educación de los hijos, un tema que le interesaba muchísimo, de hecho acaba siendo un pequeño tratado sobre educación. Natalia cree que a los hijos no hay que enseñarles ls pequeñas virtudes sino las grandes; no hay que enseñarles el ahorro sino la generosidad y la indiferencia hacia el dinero; no la prudencia sino el coraje y el desprecio por el peligro; no la astucia sino la franqueza y el amor por los demás; no el deseo del éxito sino el deseo de saber y de ser. Se lamenta de que casi nunca lo hacemos. Este es un libro con un texto fresco y sorprendente. 

Ser sobrios con nosotros mismos y generosos con los demás.

En “las pequeñas virtudes” se nota que su oficio era escribir historias , cosas inventadas o cosas que recuerda de su infancia, cosas en las que nada tiene que ver la cultura sino la memoria y la fantasía. Tanto aquí como en “Léxico familiar”, utiliza todo tipo de lenguajes, incluyendo el lenguaje especial de la casa, los recuerdos de su familia, las pequeñas cosas que les pasaban. Y por fin le llega el verdadero éxito, escribe mucho gracias a que sus padres se ocupan de sus hijos y tiene mucho tiempo libre.

No le gusta hablar sobre ella, es bastante introvertida, Si hubiera que poner un pero a “Las pequeñas virtudes”,  es que muchas veces parece que ella está al margen de lo que narra, no demuestra sus emociones y es su propia vida y familia de lo que habla. 

Tardó mucho en ser conocida en España pero ahora que ya es apreciada,  merece la pena leerla.

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